Desde la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos de la Zona Atlántica afirmaron que producto de la situación sanitaria el sector no será protagonista de esta celebración.
Al festejarse una fecha especial como la de este 20 de julio, desde el sector recordaron la crisis que atraviesan y cómo impacta en la economía regional
En tal sentido, informaron que “el sector está conformado por PyMEs, muchas de ellas familiares y, junto con la hotelería, emplea a 650.000 personas en todo el país”.
La jornada del 20 de julio “figuraba en el tercer lugar del ranking de consumo en establecimientos gastronómicos, después del Día de la Madre y del Día del Padre”.
Esta tendencia, que marcaba un notorio aumento del consumo, se registraba tanto en las ciudades grandes como en las pequeñas localidades del interior del país.
“Aunque la gastronomía tiene un rol importante en la vida social de las comunidades, producto de la coyuntura, el sector no es protagonista para esta celebración puntual.
Así como no hay empleo sin empresas, sin consumidores tampoco es posible sostener a las empresas y sus puestos de trabajo. El 74% de los establecimientos gastronómicos prevén el cierre en caso de continuar la situación actual”.
Emergencia
Por lo expuesto, los hoteleros y gastronómicos locales informaron que “FEHGRA destaca la importancia de avanzar con el proyecto de la Ley de Emergencia Turística, que incluye herramientas imprescindibles para sostener al sector y a futuro recomponer la actividad gastronómica, hotelera y turística”.
El sector, afirmó, “necesita la asistencia del Estado en el pago de los salarios; la reducción de las tarifas de los servicios públicos y el diferimiento de sus vencimientos; créditos a tasa cero y flexibles para capital de trabajo; exenciones impositivas; reducción del IVA en los servicios prestados por el sector”.
Si bien el empresario gastronómico está preocupado por la enfermedad y los vaivenes de las restricciones ante los posibles contagios, “también está muy impactado por la escasez de clientes, el bajo consumo, los gastos de los materiales para implementar protocolos, en el caso de que realicen take away, delivery o tengan permitido abrir sus puertas con rigurosas medidas, y ocupación parcial de la capacidad de las mesas”.
Otros dos ejes de preocupación, tanto de empresarios gastronómicos como hoteleros, “son el horizonte incierto por la posible ausencia de clientes y turistas en los próximos meses, y el impacto en la reputación de destinos, con enormes consecuencias para el futuro inmediato”.
Fuente: Noticiasnet.com.ar
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