Un ste panorama presenta la ciudad en víspera de su aniversario número 91.
A la falta del calor popular que suele darle a cualquier evento las actividades culturales y musicales, justificadas por la pandemia del COVID-19, se le suma la triste imagen de una ciudad llena de ramas y escombros.
Solo basta con recorrer, como hizo este medio, las distintas calles del centro y los barrios, para observar a simple vista tan triste situación.
La sequedad de las hojas y ramas denota el tiempo que llevan esperando para ser recogidas. En algunos casos, según contaron varios vecinos, es de al menos dos meses.
Los montículos también sirven de receptáculos para otros residuos que pululan por la localidad: cajas, embaces de galletitas, bolsas con residuos o papeles por ejemplo.
Desde la delegación municipal explicaron que la situación se debe a la rotura del único camión recolector, hoy en un taller de Bahía Blanca y sin fecha de reintegro, que fuera entregado durante la gestión de Haroldo Lebed como intendente en 1.994.
Actualmente, con camiones volcadores también de antigua data, se realiza la recolección domiciliara de residuos.
Otras informaciones indican que a esta situación se le suma el recorte de horas extras al personal de Servicios Urbanos, muchos de los cuales fueron destinados al puesto de control instalado en el acceso.
El hecho se da en medio de la imposición por parte de la municipalidad de Paagones de cobrar la tasa por servicios especiales de limpieza.
Un triste espectáculo el que presenta la localidad, no solo por el hecho de que se de en su aniversario, sino porque el orden y la limpieza ha sido siempre un sello de identidad de la ciudad.
Como dato anecdótico vale recordar que, en las elecciones del pasado año, el intendente Zara y Juntos por el Cambio obtuvo aquí más del 60% de los votos lo que le permitió retener la intendencia de Patagones.