SE APROVECHÓ LA CUARENTENA PARA AVANZAR
Desde hace tres meses comenzaron las obras de pintura en lo alto de los techos abovedados, se continuó con la refacción y pintura de columnas y paredes y se intervino en la iluminación.
Por Silvano Eric Rosso
srosso@noticiasnet.net
FOTOS: Eugenio Sicardi
Una importante tarea de refacción y mantenimiento se está llevando a cabo en la Iglesia Catedral de Viedma, sin mayores inversiones económicas, sí en cambio, con un gran esfuerzo solidario de vecinas y vecinos de la ciudad.
Aprovechando la cuarentena, y a la imposibilidad que pese a las distintas aperturas persiste en Viedma de acudir a las celebraciones religiosas, se determinó avanzar en una serie de obras para poner en valor este icono de la capital provincial, muy cercano a los sentimientos de los fieles cristianos.
Desde hace poco más de tres meses comenzaron las obras de pintura en lo alto de los techos abovedados, se continuó con la refacción y pintura de columnas y paredes y se intervino en el sistema de iluminación.
El emblemático templo lleva más de 100 años en pie. Fue inaugurado en julio de 1912, tras varios avatares sufridos en el transcurso de décadas, que incluyen destrucciones totales de antiguos templos en el mismo sitio, a causa de un incendio la primera vez, y posteriormente por la histórica inundación de 1899.
Pero la persistencia de entonces y la naciente misión salesiana, permitieron la construcción de la nueva iglesia en pie hasta la actualidad
Sin embargo, el paso del tiempo, la falta de inversiones en el momento debido, y la ubicación (un terreno muy húmedo a pocos metros del río), hicieron que la humedad y el salitre afectarán seriamente la edificación histórica.
Pero desde 2012, y en oportunidad de celebrarse el primer centenario de la Catedral, pasaron a realizarse diversas intervenciones; varias de ellas con aportes significativos del Estado, y otras, como las de la actualidad, en las que priman las donaciones particulares y el esfuerzo desinteresado de colaboradores y colaboradoras que aportan su ingenio y oficio.
Durante su primer año de gestión en 2012 el entonces gobernador Alberto Weretilneck realizó una entrega de aportes para arreglos en la Catedral en toda su fachada.
Entonces, un detallado análisis del momento daba cuenta que “las paredes interiores eran atacadas por la humedad y el salitre, al igual que las cartelas de varias columnas que, por su edad, originaron filtraciones que permitían la entrada de agua de las lluvias”.
Aquella inversión significó la recuperación de los accesos, tanto los dos laterales como el frontal, y una reparación integral de la totalidad de la fachada.
Posteriormente, en 2016 se efectuó una obra integral para la renovación de la iluminación de la Catedral. La obra comprendió la instalación de nuevas columnas para la iluminación exterior sobre las veredas, con artefacto ornamental y lámparas, y la colocación de proyectores para la iluminación sobre la fachada.
También en 2016 la mítica banda de rock argentina Vox Dei, realizó un recital con la intención de recaudar fondos para la restauración de la Catedral, que se fueran utilizando en la realización de distintas reparaciones integrales y estructurales que demandaba la maravilla arquitectónica qué forma parte del patrimonio cultural e histórico de la capital provincial.
Las obras de ahora
Durante estos meses de cuarentena y aislamiento, se pintaron las bóvedas y la cúpula en el alto del techo, de un color azul cielo, obras que se llevaron a cabo gracias a la intervención de un equipo de trabajo conformado por los propios feligreses, quienes además de aportar horas de esfuerzo, también aportaron herramientas, como por ejemplo los andamios. También se avanzó en la iluminación superior en led y ubicación de algunos reflectores, iluminando las bóvedas y la cúpula.
Otro de los trabajos fue intervenir en la capilla ubicada en el lateral de la Catedral, obra que ya se había iniciado y había quedado inconclusa como consecuencia de la cuarentena. Allí se llevaron a cabo reparaciones integrales de electricidad, y otras pequeñas refacciones, como el acondicionamiento del espacio y de las aberturas, para poner a resguardo el valor mobiliario de ese lugar.
El intendente Pedro Pesatti visitó el templo y dijo en redes sociales: ‘Me acerqué a la Catedral de Viedma para ver el avance de las obras de puesta en valor de esa hermosa construcción, que ocupa un lugar central en la arquitectura de nuestra ciudad, y dónde -además-, muchas vecinas y vecinos de Viedma profesan su fe‘.
Expuso en igual sentido: ‘Los trabajos que se están realizando no sólo responden a sostener la estructura de la edificación, sino que también enriquecen estéticamente el interior de ese espacio emblemático de nuestra ciudad‘.
‘Con un gran esfuerzo de esa congregación y de viedmenses comprometidos, la comunidad católica de Viedma ha impulsado esta obra. Le debía está visita al padre Luis, que fue uno de los grandes impulsores de esta iniciativa y con quién veníamos conversando la necesidad de iniciarla hace varios años‘, indicó además.
La historia de la edificación
Esta edificación se inició sobre planos originales del Padre Juan Aceto, con la posterior intervención del Padre Vespignani, arquitecto experto en construcciones religiosas. Tuvo muchas demoras y modificaciones sobre la marcha de la obra, que finalmente se inauguró el 2 de julio de 1912.
Según las investigaciones del arquitecto Oscar Sanguinetti en el diseño original no figuraba el atrio, que fue agregado después sobresaliendo sobre la línea municipal, en respuesta al pedido de algunas señoras de la sociedad viedmense quienes advirtieron que se mojarían con la lluvia o no tendrían como guarecerse de otras inclemencias al salir del templo mientras esperaban sus coches.
Las columnas que sostienen la estructura integral son de mármol, macizas, y fueron traídas en barco desde Italia al puerto de Patagones.
Con gran esfuerzo fue cruzarlas en lanchones y después transportarlas en carretones tirados por bueyes.
Las torres, con ese curioso remate que asemeja a un capuchón, se agregaron mucho después, en el año 1979, en el marco de los festejos del Bicentenario de Viedma.
Se convirtió en Catedral el día de la toma de posesión del primer obispo de Río Negro, el 18 de marzo de 1935.
Como mausoleo guarda los restos del Cardenal Juan B. Cagliero, de Mons. Nicolás Esandi y de Mons. José Borgatti.
También cuida las imágenes de Artémides Zatti y Ceferino Namuncurá utilizadas en la oportunidad de sus beatificaciones, en Roma Zatti en el año 2002; y en Chimpay Ceferino, en el año 2007.
Fuente: Noticiasnet.com.ar