Recientemente directivos, docentes y trabajadores de los jardines maternales de Viedma y Patagones realizaron dos caravanas para reclamar una respuesta de las autoridades, ya que tras cuatro meses de cuarentena la mayoría de las instituciones está en una situación desesperante, al borde del cierre obligado, con la consiguiente pérdida de los puestos de trabajos y de las vacantes para los infantes.
De acuerdo a lo referido por referentes del sector se elevó hace algunos días un proyecto de protocolo para retornar la actividad a las autoridades municipales, las cuales lo trasladaron para su consideración al Ministerio de Salud de la Provincia, el cual consideró que no estaban dadas las condiciones aún para volver a las clases. Tras esto el municipio respondió negativamente a los pedidos, escudándose en las indicaciones de Salud.
Igualmente directivos y docentes se acercaron al municipio en repetidas ocasiones para pedir una audiencia con el intendente Pedro Pesatti, pero hasta el momento no han recibido respuestas a sus pedidos y sólo fueron atendidos por el Jefe de Gabinete Marcos Castro.
La mayoría de los jardines maternales está en un profunda crisis, ya que el porcentaje de padres que sigue pagando la cuota a pesar de la suspensión de actividades ronda un 20 por ciento, lo que hace casi imposible cumplir con las obligaciones salariales, alquileres, pago de servicios y demás.
La necesidad de reapertura, al menos en la ciudad que ya lleva prácticamente más de tres meses sin reportar casos de coronavirus, tras el primer y único registrado a mediados de marzo es compartida por madres y padres, que ven que mientras muchas actividades laborales, comerciales y recreativas se reinician ellos y sus hijos siguen condicionados por el distanciamiento social obligatorio o nueva normalidad. Lo que genera además complicaciones en el funcionamiento familiar, ya que siempre el padre o la madre, o algún otro familiar deben estar al cuidado permanente de les niñes.
También se hace evidente tras cuatro meses de jardines maternales cerrados, la necesidad de los pequeños de reencontrarse con sus compañeros, restablecer sus lazos sociales, afectivos y pedagógicos, pero hasta ahora el municipio no ha atendido a estas razones con los fundamentos sanitarios y epidemiológicos como ejes centrales.
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